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22 de Julio

UN PAPELÓN IMBORRABLE

La fiesta de los 200 Kilómetros de Buenos Aires quedó fuertemente marcada por la clausura del autódromo Oscar y Juan Gálvez. La medida retrasó la apertura del circuito en la mañana del domingo, y se vivieron horas de tensión nunca vistas con público, pilotos y seguridad.

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Lo que parecía destinado a ser una fiesta que se extrañaba del Súper TC2000, los "200 Kilómetros de Buenos Aires" en el Gálvez, terminó en vergüenza. En la medianoche del sábado el autódromo fue clausurado por una polémica decisión judicial, aludiendo malas condiciones edilicias.
 
Pablo Peón daba algunas explicaciones, mientras transcurrían las primeras horas de la mañana, algunos pilotos, incluso del Súper TC2000, se mezclaban con el público tratando de ingresar al autódromo. La esquina de Avenida Roca y General Paz era un caos de vehículos y muchedumbre que esperaba la apertura de las puertas.
 
"Saqué fotos, nunca ví una cosa así en mi vida, es la primera vez que llego a una pista el domingo a la mañana y está cerrada", decía Alain Menu, el experimentado piloto suizo, que brilló en autos con techo durante la década del '90
 
"Nunca vi esto en mi vida", señaló desconcertado Carlos 'Cacá' Bueno, cuando el brasileño aguardaba para ingresar al circuito. 
 
"Nunca me pasó, es una vergüenza, se vivió un momento muy feo, la gente cansada empezó a romper vidrios, a empujar, no se puede creer, parece una pesadilla", dijo un decepcionado Agustín Canapino pocos metros después de ingresar.
 
"Por muchas situaciones traemos poco público a las carreras, y una vez que llenamos el autódromo pasan estas cosas. En mi rol de piloto quiero disculparme con el público, lo siento mucho, creo que hay mala fe atrás de todo esto", fue la bronca de Matías Rossi.
 
"A mi lo que me preocupa es como convencés de que vuelva a la gente que está hoy acá", dijo Mauro Giallombardo horas antes de ganar junto a Néstor Girolami.
 
"Hay que hacer una autocrítica muchachos, todos tenemos la culpa.." declaró Marcos Di Palma.
 
Llegando las once de la mañana todo se tensionó más y más, hasta que la policía cedió, y se dio la orden de abrir las puertas para el ingreso.
 
Se dice por lo bajo que la concesión del autódromo conocía la orden de clausura desde el 11 de julio tras una inspección, pero no avisó a la categoría. Habría habido otra el 17 y el 18 se ratificó que el circuito no estaba habilitado ni en condiciones.